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El caos controlado de mi mesa de trabajo

SLOW MARCHING BAND

SLOW MARCHING BAND

Walk on slowly

don't look behind you.

Don't say goodbye, love.

I won't remind you.

Walk on slowly

don't look behind you.

Don't say goodbye, love.

I won't remind you.

Jethro Tull (Slow marching band)

Esta canción siempre me ha producido una mezcla de emociones dispares, por una parte la música invade suavemente mis oídos, me incita a cerrar los ojos y trasladarme lejos, muy lejos del lugar donde la esté escuchando (mala cosa si en ese momento estoy conduciendo, claro). Por otra parte su estribillo me pide que lo cante, a grito pelado si hace falta, mientras en mi pecho se hace un nudo y la melancolía invade mi mente. "camina despacio, no mires atrás, no digas adiós, amor, no te recordaré..."

Toda una despedida, una tierna manera de decir adiós.

Sonaba esta canción en mi cabeza, cantaba su estribillo mientras recordaba taciturno el sueño de la noche anterior, cuando estirando mis brazos la luna llena quedaba a mi alcance, y mis manos se introducían suavemente en su blanca luz, rejuveneciéndolas, desaparecían los rastros de la edad en ellas, y el hormigueo de esa fuente de juventud se trasladaba al resto de mi cuerpo, que por momentos se transformaba en el de un joven despreocupado, y la alegría rebosaba en mi mente. No había más, en realidad solo la luz que desprendía y que en ese momento únicamente yo alcanzaba a recoger, me producía tal bienestar que el mundo desaparecía bajo mis pies, el nexo que me unía a la Tierra se había esfumado, y todo lo material dejaba de existir. Nos acompañaba el ritmo de esa canción, mientras empapado de la luz dejaba que mi cuerpo se contonease suavemente, y el tiempo, como en los cuadros dalinianos se iba deshaciendo allá abajo...

Pero desperté, con la cabeza dándome aun vueltas por el baile, sin apenas discernir si lo soñado era lo real o el sueño empezaba entonces, y salí al jardín. El día ya había levantado, pero allá arriba una circunferencia blanca me guiñaba sus ojos, y estiré mis brazos, mas no la alcanzaban.

Miré mis manos, y en el espejo mi cara, algunas de mis arrugas parecían haber desaparecido.

El sueño se repetía día tras día, y a la mañana siguiente ahí estaba ella, y con ella la maldita gravedad que evitaba hacerla accesible.

Llevo días que no duermo por no soñar, o que no me despierto por no dejar de hacerlo, no se... Quizás algún día el estribillo de esa canción me haga entrar completamente en un estado de permanente vigilia, pero entretanto ahí está, resplandeciente en mitad de la noche y mortecina en el día, pero siempre con esa luz que me atrapa e hipnotiza.

5 comentarios

Carvalho. O no. -

Mucho ha crecido la maleza en este lugar. Será porque hace tiempo que nadie recorre sus caminos. Así pues, he limpiado de óxido mi machete y desbrozando un sendero he llegado hasta aquí, hasta este rincón que me volvió a la memoria hace unas horas al leer un pasaje de "El Cosmos", uno de los libros de la "Historia Natural" de Plinio. Hablando de la luna dice así:
"Realmente no somos agradecidos con aquellos que con su trabajo y su esfuerzo nos han iluminado respecto a este astro luminoso, mientras que por un morbo extraño del espíritu humano nos gusta incluir en los anales las muertes sangrientas: para que los crímenes de los hombres sean reconocidos hasta por los que ignoran su propio mundo".
He pensat que t'ho havia de posar.
Curioso personaje, Plinio. Un romano sobrado de sestercios y de tiempo libre que se dedicó a recopilar todo el saber de su época y entorno cultural en relación a las materias que componen lo que hoy en día llamamos geografía. Su interés por los mecanismos del mundo le llevaron, estando casualmente por la zona, a hacese llevar a las faldas del Vesubio durante la erupción que asoló Pompeya, siendo alcanzado por la ardiente nube de cenizas muriendo pocos dias después a causa de la inhalación de gases, de los impactos de fragmentos de lava y de las graves quemaduras sufridas. Amor a la ciencia. En resumen, así como nosotros decimos que la curiosidad mató al gato, los romanos decían que la curiosidad mató a Plinio.
Ósculos.

Suleiman -

antoniam, solo soy un enamorado de la luna y de esa luz tan especial que desprende. Quizás porque no se limita a reflejar la que emite el sol, sino que la absorbe y nos la devuelve envuelta con su especial impronta.
Agradezco tu comentario, y espero que te pasees por aqui más a menudo, y que el resto de escritos te gusten tanto o más. Un beso

antoniam -

De luna, lunático. Debe ser alguien que vive en un ático y por eso está más cerca de la luna.
Desde el blog de la jolie he saltado al tuyo. Un saludo grande. Es lo primero que te leo y me ha encantado.

Suleiman -

Luna fria, quizás su luz pueda resultar mortal, pero, ¿acaso no merece la pena arriesgarse a morir bajo el efecto de su luz, en lugar de estar siempre deseando bañarse en ella y morir al cabo, pues es nuestro destino, sin haberlo hecho? La añoraré las noches en que no aparezca, y la admiraré sin contemplaciones cuando se presente en toda su plenitud, le pediré tantos deseos como yo pueda concederle, y si el efecto de su luz me mata o me ciega, por bueno lo daré.
Muchas gracias por tu comentario. Un beso.

Luna Fria -

... Lo mejor de la Luna es observarla desde lejos ... Con distancia, con cautela, porque a pesar de su hermosura es traicionera y hay noches en las que no se deja ver ... De vez en cuando pedirle algún deseo ... pero sin exigencias ... Y la noche en que esté llena prudencia al mirarla, porque el efecto de su luz puede ser mortal.