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El caos controlado de mi mesa de trabajo

Verdades absolutas

Verdades absolutas

Contemplo tu cara, mientras con mis dedos repaso el contorno de tus ojos, acaricio tus párpados, rozo tus mejillas, te retiro de la cara esos cuatro cabellos que te molestan y te provocan esos graciosos tics. 

“Eres preciosa” Y te ríes, me dices que no… 

Solo yo puedo decirlo si lo eres, ¿quien más sino yo mismo te está viendo en estos instantes desde la misma posición que yo, con la misma iluminación, a una igual distancia…?Ni siquiera tu misma, con el más exquisito de los espejos, podrías llegar a ver la misma perspectiva que yo, ni la mejor cámara digital y el mejor director de fotografía alcanzarían a acercarse y contemplarte en la forma en que yo lo hago, solo mi punto de vista es mío, único y exclusivo, y razón más que de peso para que mis palabras sean ciertas.

Pues mis ojos los tuyos, los suyos, son solo una lente por el que se escurren las imágenes, para que una vez en nuestra mente, juguemos con ellas a ser dioses y les incorporemos sentimientos, recuerdos de sensaciones, palabras y gestos, y las agitemos preparando el más delicioso cóctel tras el que servimos nuestras palabras: 

“Eres preciosa” Y te ríes 

¿Quien puede decir que no lo eres? Tengo la verdad absoluta de saber que lo que veo es lo que pienso, y no es una opinión,  ni siquiera admite discusión.

 Soy subjetivamente objetivo… ¿U objetivamente subjetivo?


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