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El caos controlado de mi mesa de trabajo

RESACA

Hoy me he levantado con resaca, maldije las cervezas, el vino, y el cava que estuve tomando ayer toda el día. El dolor de cabeza, la lengua pastosa y la garganta reseca han sido mis compañeros de despertar.Y es que ayer fue el día de Reyes, la última secuela de la vorágine navideña, el último peldaño a subir de una escalera que, a partir de la noche del 24 de diciembre y, con pequeñas treguas hasta el 6 de enero, vamos subiendo, a la vez que nuestro estómago va bajando y las ganas de llegar al rellano final van en aumento.

Podría decir que odio la Navidad, pero mentiría, hace tiempo que oigo cada vez más esta frase, que con el paso de los años parece que se haga habitual, “odiar estos días, ganas que pasen rápido”, etc. Yo simplemente cada vez me empapo menos en ese supuesto “espíritu navideño”, será que también me hago mayor, o será porqué, como en una forzada y no muy deseada relación sexual, nos empiezan a machacar con los preliminares nada delicados a principios de noviembre, abrazos machacones y nada sensuales durante todo el mes de diciembre, una penetración salvaje a mediados de éste, y finalmente un clímax al llegar estos días que solo satisface a los grandes almacenes y comercios varios, y que a la mayoría deja con esa sensación de que más que una relación consentida se ha tratado de una violación salvaje.

No, en realidad no odio la Navidad, su significado me es indiferente por mi condición de ateo declarado, condición que por otra parte no es incompatible con la convicción que tengo de que celebrar, lo que sea, siempre es una buena cosa. Lo que realmente me deja perplejo es la capacidad que tenemos de desear felicidad estos días, ¡Bravo! Mejor desear ser felices y desear felicidad estos días que nunca, pero vaya… ¿Por qué no me desean felicidad el 20 de febrero, o el 14 de mayo?, no es que sean fechas especiales, pero mira, quizás este año me apetezca que por estas fechas lo hagan y, en cambio, seguro que van a ser días en los que me tropiece con las mismas caras frías de siempre, de cuyas bocas con suerte sacaré un simple saludo.

Si alguien se acuerda, ya sabe…

2 comentarios

Suleiman -

Yolanda, esperaré ansioso, sin apuntarme esas fechas, a recibir tus deseos de felicidad, y nada será tan grato como hacerlo.

yolijolie -

...si es que no hay nada como un buen ejemplo para entender las cosas.. aunque ya nos gustaría a más de una que los preliminares duraran tanto,y que el final del "encuentro" fuera tan aplaudido como el fin de año!
Ay!, me ha encantado. Brillante, como tu estrella.
Un abrazo pos-navideño.
Pd: Me apunto las fechas para volverte a mandar otro :-)
y no dejes de escribir!