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El caos controlado de mi mesa de trabajo

Σίσυφος

Σίσυφος

De nuevo un traspiés, otra china que se le introduce entre los dedos, colándose a través de las tiras de la sandalia, otra vez esas pequeñas molestias que hacen, si cabe, aún más desagradable el ascenso. Ya ni recuerda cuando había empezado todo, simplemente en su memoria mantiene el motivo que indujo el castigo: quiso ser inmortal, engañó y engrilletó a Tánatos, para que no se le llevase a él ni a ningún otro mortal, y su castigo fue la inmortalidad, una cruda eternidad que le obliga a remontar cada día la montaña, arrastrando la pesada piedra hasta su cima, y que tiempo ha desde que empezó, cae de nuevo en el punto en que la deposita en la cúspide, y así vuelta a empezar.

Pero la desesperación no inflama su ánimo, la crueldad de su castigo es la promesa de que si la piedra se mantiene en la cima será libre, aunque eso nunca sucede pues siempre cae rodando de nuevo montaña abajo, rompiendo su sueño y forzándole a emprender otra vez su camino, a esperar que sea la próxima escalada la última y que por fin sea libre, y así cada vez que sujeta de nuevo la roca y comienza su escalada, lo hace con la ilusión de librarse de esa espiral infinita.

 

Saludo a mis compañeros, es muy temprano, hay que preparar las cosas para recibir a nuestros clientes que en breve aparecerán, como cada día. El sueño aún hace mella en sus caras, y probablemente en la mía también, a pesar de nuestras sonrisas, de nuestros saludos de ánimo y de esas pequeñas bromas matinales, de ese café recién ingerido.

Pronto aparecerá la clientela, borbotones de personas que como si fuesen empujados en paletadas llegan a ráfagas, ocupando el mostrador y requiriendo nuestra atención.

Intento observar sus caras, sus expresiones, veo como cambian a lo largo del día, como pasan de reflejar el mismo sueño o el mismo cansancio matinal que nosotros a primera hora de la mañana, los que llegan más tarde lo hacen con expresiones ansiedad con la prisa atacándoles el ánimo, y noto como una cierta relajación se hace presente entre los que ya llegan hacia el mediodía, la urgencia es menor entonces, y se nota.

Y pasa el día como ayer, anteayer o el mes pasado, para de nuevo comenzar mañana, y como Sísifo con su roca, llega el respiro al final del día, el fin de semana o las vacaciones, qué más da la duración de ese respiro, pues de nuevo la piedra ha de rodar montaña abajo y habrá que arrastrarla de nuevo a la cima.

 

Y Sísifo, cegados los ojos, retiene la brisa en su cara, huele el aroma de las plantas que crecen a lo largo de la ladera, al margen de su eterno camino, siente el calor del sol en su cuerpo, o la fría lluvia en su rostro de la cual da sorbos que le apagan su sed y le recuerdan el frescor del agua que sus criados le servían y que tanto le refrescaba en los calurosos días estivales, se regocija con sus sentidos y sus recuerdos, los dioses a pesar de su castigo no han sido capaces de quitarle el placer de saborear esas pequeñas cosas, ni de trasladarse allá donde quiera con su imaginación.

 

Aprovecho durante la jornada cada pequeño instante que puedo, bromeo con mis compañeros, o mantengo alguna breve conversación, intento que la ascensión sea lo más leve posible, se que cuando acaba el día habré llegado al espejismo de una cumbre que me empujará de nuevo hacia abajo, y como siempre me obligará a recomenzar la escalada, no importa, este castigo no me quitará el placer por un buen libro, una película, una interesante conversación, un beso o una caricia, o por las miles de cosas que a mi alrededor se confabulan para hacerlo más leve e incluso, ¿por qué no?, más placentero.

 

En su ascensión, Sísifo escucha cada día el aleteo y el grito de una gran águila, volando montaña abajo en busca de su alimento. Y aunque sus ojos no se lo permiten, sabe que allá a lo lejos, en el valle, el ave encuentra su alimento día tras día en un Prometeo abierto en canal, al que picotea y come su hígado, hay castigos mucho peores, piensa...

 

Hoy es domingo, mañana más...

 

 

 

11 comentarios

Suleiman -

En realidad, nos peleamos con el paso de los días por una promesa de algo mejor, ¿qué sentido tendría todo si no fuese así? Alcanzarlo o no es lo de menos, pero tal como dices, la esperanza de que se cumpla nos da ánimos para intentar conseguirlo.

Gracias por tu visita y por tu comentario L, prometo intentar visitarte asiduamente, un beso.

l -

Las promesas no necesitan ser ciertas, cumplirse no es necesariamente su función. Dar esperanza (a veces fallida, a veces infantil)esa, sí es su misión....

Saludos!!

Suleiman -

Yolijolie, saber las condiciones de la ascensión ayuda, saber que cuando llegas otra vez tendrás que recomenzar y así siempre es lo jodido, pero por eso prefiero encararlo con un cierto optimismo.
En realidad, el texto bien pudo haberse titulado: "Otro jodío lunes".
Siempre es un enorme placer leerte aquí, y por supuesto en tu magnífico blog.

Veo tus mil besos y subo a mil más.

Y si puede ser, mañana más!

Suleiman -

Bona nit space cowboy, un placer tu vista por mi modesto espacio, y me alegro que lo leido sea de tu agrado. Gracias por tus comentarios.

yolijolie -

Aún que asciendes la ladera con la previsibilidad de su inclinación, de las condiciones del asfalto y la duración de su andadura. Malo cuando ni te atreves a estimar su largura porque ni poniendo la palma de la mano de visera aciertas a ver el final.
De cualquier modo, todos andamos ahí, moldeando nuestra montaña que acaba teniendo tantas formas como estados de ánimo.
Besos mil.

Y mañana más.

The Space Cowboy -

Distinguido señor sueliman,

Una vez hubo una persona que me inculcó algo, según él, una premisa inglesa:

Ya que tienes que estar puteado en el trabajo, intenta pasártelo bien una vez conseguido ésto todo lo demás viene rodado" He intentado llevarlo a cabo, y creo que de momento no me ha ido mal, que podría estar mejor, pues no le diré que no, pero de momento no está mal y como se suele decir "es lo que hay".

Para mi también es un placer compartir esas matutinas dosis de cafeína.

Para mí hoy es la primera vez en su blog y de momento los textos que he podido leer, son de mi agrado.

Espero poder seguir respondiendo o más bien opinando acerca de sus textos, se despide de usted alquien que en su día hubo alguien que bautizó como "señor criador de vacas espaciales", y sólo me queda por decir

BONA NIT I TOTES LES PUCES AL TEU LLIT.

The Space Cowboy.

Suleiman -

Pues tendré que preguntarselo a ellos... mmmmmmm.
En todo caso seguro que el orgullo es mio de compartir con ellos la dureza y también la pereza del dia a dia (sobretodo las somnolientas mañanitas).
Un beso 01207, y como siempre muchas gracias por tus visitas.

01207 -

Debe ser un orgullo para tus compañeros saber que forman parte de esas pequeñas cosas que te hacen más placentera la ascensión. No se si también lo será verte cada día entrar con esa cara de sueño, alelado o pasmado. Suerte que la corbata viste mucho... Gracias, hombre de palabra.

carvalho -

Bueno, tratándose de dioses, lo de la credibilidad es un concepto relativo. Pero sí, los dioses de los panteones politeístas se comportaban como una típica familia mediterránea, con sus cuernos y sus celos, sus regalos y sus envídias,... dioses con los que te podías tomar unas cráteras y luego partirte la cara al acabar. Mira al pobre Ulises, la que pasó por un quítame allá esas cabras.
Los dioses únicos son otra cosa: adustos, serios, distantes, sin rostro y lo que es peor, sin un ápice de sentido del humor a la hora de gastar bromas. Mira al pobre Abraham, al pobre Job, al pobre faraón...Ulises por lo menos vio mundo, conoció gente y vivió alguna que otra historia carnal. Así da gusto viajar.

Suleiman -

Pues si Carvalho, una mitología que dotó a sus dioses de pasiones, deseos, emociones y demás sentimientos humanos, y les dio una credibilidad que para si quiseran las religiones monoteistas.

¡Que cabroncetes los dioses griegos con la finísima crueldad de sus castigos!

Aunque, bien mirado, también fue una putada aquello de: "ganarás el pan con el sudor de tu frente".

Carvalho -

¡Los griegos con su mitología! Que hermosa manera de explicarse los misterios del comportamiento humano ante las bromas del azar.
Luego vino Freud y la jodimos.