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El caos controlado de mi mesa de trabajo

Kenya

De nuevo aparecen en mi televisor esas imágenes repetidas mil veces, esta vez en Kenya, de nuevo la crueldad de hombres enfrentados a hombres, asesinatos masivos y matanzas por motivos absurdos y estúpidos, y que parecen querernos mostrar una Africa salvaje, indigna de gobernarse a si misma, de tener una cierta paz que le permita aprovechar sus recursos y vivir con una cierta prosperidad. Es el cóctel perfecto para que nuestro ego se infle y consideremos, aún más si cabe, que en nuestra Europa occidental hemos desarrollado una superioridad que nos eleva por encima de esos países aun en “estado salvaje”. Y contemplamos, cómodamente sentados, quizás tras haber ingerido un plato que ha saciado sobradamente nuestro apetito, apetito y no hambre, pues a tal punto ha llegado nuestro nivel, que esa palabra parece haber sido desterrada de nuestro vocabulario, afortunadamente.

Y viendo como ese odio irracional entre etnias genera esas crueles masacres, recuerdo una reciente lectura que creo muy recomendable. Se trata del libro de Amin Maalouf: Las identidades que matan. Por una mundialización que respete la diversidad. En él, el autor nos muestra cómo nuestra identidad se compone de una multiplicidad de identidades diversas, como pertenecemos a una infinidad de grupos que nos unen a una multiplicidad de personas muy diversas, y de qué manera acabamos siendo tan dúctiles, o tan sumamente ingenuos, que adoptamos de manera habitual una ínfima parte de nuestras diferentes pertenencias con las que nos identificamos, de tal forma, que en lugar de servirnos de puntos de unión, nos ayudan en cambio a separarnos aún más de quienes nos rodean.

En su particular “examen de identidad”, Maalouf nos muestra, en su persona, cómo comparte muchos más puntos en común con quien a priori, y si nos dejamos guiar por ese sentido maniqueo que separa las personas entre amigos o enemigos deberían ser sus contrarios, que con los que podríamos considerar sus aliados. El punto de partida es simple, y válido para cualquiera que desee darse cuenta de qué manera estamos engañados cuando anteponemos una muy pequeña parte de nuestra identidad y ello nos enfrenta con otras personas. Así, uno empieza a hacer ese ejercicio: Soy hombre, lo que me identificaría con la mitad de la población mundial, pertenezco, por nacimiento, a una sociedad basada en una moral judeocristiana, otra parte de mi que me haría pertenecer a más de la mitad de la población mundial. He nacido en Catalunya, y como una gran parte de los habitantes de esta comunidad, soy hijo de emigrantes, clase media… etc.

Así, vamos encontrando y acumulando pertenencias, vamos ampliando, o reduciendo aquellas identidades a las que pertenecemos, y con las que nos podemos sentir más o menos cómodos, más o menos reflejados, pero que en definitiva nos conforman tal cual somos.

Entonces, ¿dónde está el problema? ¿Por qué esa tendencia a adoptar una parte tan pequeña de nuestras pertenencias y hacer bandera de ellas, considerar al “otro” como enemigo cuando resulta que compartimos muchas más cosas en común que las que nos separan?

Únicamente se me ocurre pensar en la ingenuidad, a la que se une la manipulación que, por intereses espurios, por bajezas morales de líderes que así buscan y encuentran el poder, con la división de las personas pues divididos somos menos fuertes. Y divididos, ellos sacan tajada.

Y con estas reflexiones retomo las impactantes imágenes de los heridos y los muertos en esas masacres, y entonces pienso que somos nosotros, desde nuestro sillón, desde nuestra casa y nuestra abundancia, los responsables indirectos de que se produzcan. Nuestra riqueza es su pobreza, nos apropiamos de sus recursos naturales, su enfrentamiento es su debilidad, y así nos es más fácil disponer de ellos con un menor coste.

Y de nuevo somos nosotros y ellos, realidades que esos intereses que siempre han movido los hilos del poder, pretenden mantener separadas y sin posibilidad de unión.

Y nuestra conciencia se calma con las pequeñas limosnas que les hacemos llegar.

Qué gran cinismo…

11 comentarios

petalofucsia -

Fantasticos comentarios de la crudeza de un país. Mientras tanto aqui en España las tensiones políticas van en aumento. Quizás llegue un momento en que las personas aqui en España y en cualquier lugar nos quedemos sin protección jurídica viviendo solo como personas físicas, hasta tal punto puede llegar el desmoronamiento del Estado.
Quedarnos en una condición semisalvaje, donde cada individuo luche por dirigir y ser el jefe.

Veo muy mal la situación del Estado español me parece un gobierno débil. Me pregunto si algún día será posible que venga un gobierno foráneo (extranjero) o si es posible el completo desmoronamiento del Estado y quedar reducidos a una situación de vandalismo y salvajismo.

O una lucha entre paises por controlar el gobierno como sucede en estas antiguas colonias africanas.

petalofucsia.blogia.com/

carvalho -

Perfecto. Ya que me perdonas una arenga, la próxima vez colgaré una homilía y si también me la perdonas, directamente un sermón.
Respecto a la corbata colombiana espero que estés utilizando la metáfora en sentido metafórico (una metametáfora, qué hallazgo).

suleiman -

Hola carvalho!!
Para empezar: ¡nada de disculpas! Este es un lugar donde el perdón no existe, pues la culpa es un concepto sin contenido.
Y después... lamento mi demora en contestar tu comentario, una "corbata colombiana" adorna mi cuello desde hace poco más de una semana, y no he estado mucho por la labor. Por otra parte... como siempre sabios tus comentarios. La verdad es que la polémica surgida con 1207 ha sido un fantástico ejercicio de reflexión por ambas partes, y eso siempre es de agradecer, además somos buenos amigos y a la par compañeros de trabajo.

Espero poder encontrar el momento y la inspiración necesaria para postear algo.

Mientras, un abrazo y un beso!


Carvalho -

Menos mal que la disputa acabó con un beso.
Varios temas habeis tocado ambos a partir del tema raíz que era, a saber, la puñetera existencia del subdesarrollo y la jodida existencia de quienes lo padecen.
Existen en el mundo grados de precariedad vital que nos son tan ajenos, tan difíciles de imaginar, que el hecho de que tengamos acceso (deseado o no, querido 1207) a ciertas formas de comunicación no altera significativamente la dimensión de la brecha que separa nuestro mundo de otros.
Cuando aquí tenemos acceso, por citar un ejemplo, a medicinas de todo tipo, ya sean convencionales, alternativas, naturales,artificiales, teológicas, energéticas, chamánicas, charlatánicas, etc..., otra parte de la humanidad corre el riesgo de morir antes de los tres años a causa de una simple diarrea que a nuestros niños sólo les acarrearía el trauma de oir decir a sus padres "¡este jodido niño siempre etá malo!". También tenemos psicólogos a manta para tratar dicho trauma.
Respecto a la invasión de la tecnología en nuestra privacidad recuerdo, pues tengo muchos años, que a finales del siglo XIX en algunos países se empezó a fotografiar a quienes eran detenidos por la policía. Hoy en dia todos hemos ido dejando fotos nuestras, junto con nuestros datos, en cientos de escuelas, universidades, clubes, gimnasios, piscinas, empresas de trabajo temporal,... y nuestra vida tampoco empeora con ello.
Concluyo esta explosión de pedantería pidiendo disculpas por la arenga y con el mensaje final de que no es cuestión de qué tenemos nosotros, sino de qué les falta allí, conseguir para todos unos niveles razonables de bienestar material y mental, y por descontado la más absoluta libertad individual.
Uf.

1207 -

Duro de pelar compañero

suleiman -

Sin ánimo de entrar en un debate que no nos lleva, de hecho, a otra parte más que al puro placer de una buena conversación, si que quiero decirte que estas nuevas tecnologías son un arma también para ayudar a las causas justas, dar a conocer los problemas y presionar para resolverlos. Hay un sinfín de sitios web que sirven a asociaciones de todo tipo para denunciar, comunicar y promover actuaciones ciudadanas, y es solo un muy pequeño ejemplo.
Y... bueno, aquí estamos tu y yo comunicándonos, mostrando lo que pensamos a todo aquel que quiera leerlo, no deja de ser maravilloso, aunque esta charla la podríamos tener también en vivo, o por teléfono, o por carta... ¿realmente importa el medio? No se puede rehuir a las tecnologías pues forman parte de nuestra vida, y hoy es Internet como ayer fue la imprenta, otro medio más de comunicación, con la salvedad de que permite que la información sea más inmediata y asequible a muchísima más gente. Un besico, compi, ya ves que casi podemos hablar más por aqui que en el trabajo, jejeje

1207 -

Me reafirmo en pensar que tienes grandes pensamientos y me reafirmo en pensar que eres responsable y partícipe, igual que yo y todos. Por supuesto que haces bien en denunciar unos hechos tan injustos, pero me darás la razón en que con eso no arreglamos nada, somos tan poca cosa que a nadie le importará que estemos aquí dando nuestra humilde opinión. Me imagino la cara que pondría cualquier alto mandatario de EEUU si nos estuviera leyendo ahora. Encarajotados puede ser la palabra, de puro aburrimiento.
Por cierto, creo que dentro del mundo desarrollado se podrían hacer dos grupos: Los que utilizan estas nuevas tecnologías disfrutando de ellas (o sease tú, Suleiman) y los que como yo nos vemos arrastrados por esas nuevas tecnologías, sin poder hacer mucho por rechazarlas. O tomas el tren o te quedas tirado en el andén (y te lo dice una usuaria frecuente de Renfe que sabe muy bien lo que es quedarse tirado). En fin, qué puedo hacer yo que hasta el DNI me lo hacen digitalizado?? Hay que subir al tren a la fuerza, que encima va a una velocidad espantosa, que ni nos da tiempo de asimilarlo todo. Y lo peor de todo, si no subes verás marchar a tus hijos o nietos y tú allí con cara de bobo y hazmereír de muchos.

suleiman -

Hola 1207, de entrada bienvenida a estos parajes, pues afortunadamente es punto de encuentro para muy dispares opiniones, y claro, no puedo dejar de responder a tu comentario, asi que... ahi va: No pretendo ser un gran hombre, en realidad soy un tipo sencillo que aprovecha los medios que puede para expresar sus opiniones, sentimientos, o todo aquello que me place compartir, y en este sentido te diré que hay muchas maneras de sentirse responsable de la pobreza y de la miseria en otros paises, e incluso en el nuestro, pero publicar lo que publico no sería una de ellas, o lo sería tanto como sentirnos responsables por mirar la televisión, o leer la prensa, p.ej.
En realidad me siento más partícipe de la idea de que la sociedad "occidental", el mundo "desarrollado" es parte responsable de la pobreza de esos paises que llamamos "tercer mundo" con la soberbia de los que estamos en el primero. Y como parte de este último obviamente acepto mi cuota de culpa. Pero callarme, no denunciar con los medios que pueda que esta situación debería cambiar, eso si que me haría sentir responsable, porque en nuestra mano está parte de la solución, por ejemplo presionando a los gobiernos a que condonen una deuda injusta, o a que contribuyan a devolver con una parte justa del PIB lo que históricamente hemos robado a estos paises.
Cabe plantearse el por qué somos el hermano mayor, con qué recursos lo somos, y gracias a qué hemos crecido así: ¿no será que nos hemos aprovechado de muchos de sus recursos naturales y seguimos haciéndolo? ¿no será que nos conviene su pobreza para seguir consiguiéndolos a precios absurdos y así enriquecernos más? No se trata de renunciar a nada, de abandonar la play y jugar a las canicas (por cierto, juego éste sumamente divertido de mi infancia que recomiendo), sino de conseguir que les lleguen los recursos para que consigan la videoconsola y puedan jugar con nosotros, de tu a tu, como mis hijos (el mayor y la pequeña han jugado), pues es de justicia devolverles lo que les hemos robado.
Y encima, cuando vienen a ganarse el pan que les quitamos, pretendemos darles una patada y enviarlos de nuevo a su hambruna... Un abrazo y un beso 1207, entra por aqui siempre que quieras, y saluda cuando te apetezca.

1207 -

Tienes buenos pensamientos,Suleiman,como los grandes personajes. Pero si te soy sincera,pienso que tus ideas se contradicen con tus actos. El hecho de escribir esas líneas y que en sólo unos momentos millones de personas lo puedan leer te convierte en responsable y partícipe de esa distancia entre el mundo desarrollado y el subdesarrollado. No es más lógico que el hermano mayor espere al hermano menor hasta que crezca y así puedan caminar juntos?? Más bien no,el hermano menor juega a canicas y el mayor a la play. Pocos cambiarían la play por las canicas.
Por cierto Suleiman, puedo saludar??? Tranquilo, escribiré unas cartas con mi Bic, les pongo sello y voy al buzón a enviarlas. Creo que me sentiré mejor...

suleiman -

Ya sabes Carvalho, estoy un poco vago... :-)
Justamente estaba acabando de redactar y colgar el post cuando en los medios de comunicación empezó a aparecer otra noticia, esta vez del Chad, y mi primera reflexión fue, justamente, pensar en la herencia que "hemos tenido a bien" dejarles.
Y hoy va el iluminado de Rajoy proponiendo que los inmigrantes "firmen" un compromiso de cumplir las leyes, vamos, poniendolos bajo sospecha por el hecho de serlo...
Por cierto Carvalho, cómete todo el espacio que quieras, que tus comentarios no solo son bienvenidos, sino que por mi parte puedo decir que son esperados y deseados.
Abrazos y algún beso, si no más como mínimo los mismos! :-)

Carvalho -

Ya era hora.
Mucho habría que comentar a partir de tus reflexiones, que comparto sin ninguna objeción. Añadiría una pregunta...¡qué coño¡ la añado: ¿has observado cómo nuestros medios de comunicación, hasta los más aparentemente solventes, presentaron desde el principio lo que sólo era una trifulca poselectoral como un enfrentamiento étnico? Parece que tuvieran interés en que ya de entrada se nos grabara en la mente la idea del africano bárbaro y salvaje, que con el menor pretexto se lía a machetazos contra el que es más claro o más oscuro que él. Así es como ocultan la realidad que el colonialismo dejó en herencia: unas diferencias sociales basadas en la etnia o en la pertenencia a ciertas familias, con la corrupción como única estructura económica...ya paro. Me estoy comiendo tu espacio. Mil abrazos y algún beso.